La manteca de Karité es extraída de la nuez del árbol de Karité, que crece en la sabana africana.
En Burkina Faso, se creo un grupo comunitario compuesto por mujeres que realizan la recoleccion y extracción de la manteca.
El Karité es un árbol considerado como sagrado, por lo que solo se recogen los frutos del suelo y solo por mujeres.
En esta región, no solo deben protegerse del sol, sino de un viento muy caliente, el Harmattan, que transporta en su viaje infinitas partículas de polvo y arena que secan especialmente la piel. Las mujeres y los niños se protegen de este soplo abrasador y se untan generosamente el rostro con manteca de karité, manteniendo suavidad y elasticidad de la piel.
Es una manteca que en estado puro tiene aspecto sólido, como una mantequilla y untuoso al tacto.
Tiene propiedades regenerantes por ser rica en vitaminas y sustancias nutritivas.
Protege la piel del sol y del frío, mejora la circulación, disminuye las arrugas y desarrolla una acción cicatrizante.
Recomendada en el embarazo y la lactancia, ya que previene la aparición de estrías.
En las dermatitis de pañal previene el enrojecimiento de la piel.
Actúa como potente agente protector y regenerador de cabellos secos o dañados por el sol, aportandole brillo, suavidad y volumen.
Su uso continuado garantiza todos los efectos preventivos para luchar contra el envejecimiento de la piel.
Es muy adecuada como protector labial y posee protección solar.
Dicen que la manteca de karité es uno de los secretos de la maravillosa piel que, a pesar de sus duras condiciones de vida, lucen muchas mujeres africanas
Combinada con otros aceites vegetales y con aceites esenciales, permite obtener cremas y pomadas para cada necesidad.
Este es el sitio de la comunidad africana.
1 comentario:
Fantástica la explicación que nos das. La manteca de karité es maravillosa para nuestra piel, me encanta utilizarla en los jabones, por la cremosidad que tienen los que se hacen con ella.
Besos
Publicar un comentario